RESILENCIA
Es una capacidad que nos permite afrontar las crisis o situaciones traumáticas de la vida y salir fortalecidos de ellas. Por tanto, no es solo sobreponerse a la adversidad sino utilizar la dificultad que estamos viviendo para crecer como personas y ganar seguridad en nosotros mismos.
Ante la adversidad hay tres tipos de personas
– El que se hunde
– El que la atraviesa
– El que utiliza la experiencia como una vía para construir nuevas estrategias personales
¡Tú decides a qué grupo quieres pertenecer!
Ser resiliente es algo que podemos conseguir todos, porque podemos utilizar las adversidades de la vida como campo de entrenamiento de nuestra resilliencia. Para conseguirlo, tenemos que hacer lo siguiente:
– Ser consciente de mis habilidades y fortalezas pero también de mis limitaciones y defectos.
– Confiar en esas posibilidades y en mi capacidad para conseguir salir de la dificulta, solo o con la ayuda que sabré buscar.
– Ver en la adversidad una oportunidad para aprender, ver el bache como pasajero y creer que el futuro dependerá de cómo me lo tome.
– Vivir el presente, con plena consciencia y sacando el máximo provecho a lo que surge.
– Disfrutar de los pequeños detalles.
– Tener un optimismo realista, que surge de saber que voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para superar la adversidad, contando con mis habilidades y fortalezas pero también con una red de apoyo sana y positiva, amigos, compañeros, etc.
– El control total es imposible. Lo sé y lo acepto, así que acepto que puedo hasta dónde puedo y saco el máximo rendimiento posible a lo que SÍ PUEDO HACER.
– Soy flexible ante los cambios. Fluyo con la situación, adaptando mis metas y objetivos a las circunstancias adversas sabiendo que, tras el bache, la carretera sigue y podré seguir avanzando como yo quiero.
– Soy tenaz en mis propósitos y aspiro a la consecución de mis metas. Soy firme pero no rígida
– Tener sentido del humor, ser capaz de reírse de la adversidad.
Reconozco mis limitaciones y pido ayuda cuando es necesario.